El bosque habitado   Habitar pueblos, vaciar ciudades. Con Jeromo Aguado 07/04/2019 58:45

Bienvenid@s a un bosque habitado por todas y todos… Cada una de nosotras viene del campo. Cada uno de nosotros ha pensado alguna vez en volver al pueblo. Hoy nos acompaña, desde tierras palentinas, Jeromo Aguado. Nos recomienda Gustavo Duch que escuchemos a Jeromo para nuestra particular pedagogía, porque Jeromo es su referente y me temo que a partir de hoy también tuyo. Dice Jeromo que la gente en realidad no se fue de los pueblos, de muchas maneras echaron de los pueblos a nuestros padres, a nuestras abuelas y abuelos… ¡Y fíjate, que ahora nos están echando de las ciudades. Y sin anestesia!

La situación demográfica de la ciudad es insostenible. El verdadero problema es la ciudad llena, como sentencia Duch. Ahora toca vaciarla, vaciar la ciudad, vaciar sobre todo, Madrid. Los primeros en hacerlo somos la gente de nuestra tribu, dentro de un emergente movimiento que quiere regresar a la tierra, al campo y a la tierra a la vez, para abrazarla y no agredirla.

Pero no es fácil. Hay que aclararse, aprender, convivir un tiempo con los que resistieron y los que resistieron tienen que abrirnos los brazos. No es fácil intentar un nuevo mundo con agricultura con agricultoras y agricultores. Porque esta agronomía que nos habita en las últimas décadas está deshabitada de campesinos. Y claro… se ignoran los campesinos y se les deja sin servicios… A ver, a ver cómo recolocamos las piezas, desde el sentido común y los presupuestos, claro.

Y volveremos a generar espacios de esperanza y de vida desde las grietas más recónditas, también con los textos de Gustavo Duch, Raúl de Tapia que es Raúl Alcanduerca y Begoña Abad y nos dejaremos mecer por la voz de Clara Peya, directamente programada musicalmente por nuestro tejo particular, José Manuel Sebastián Campo.

Y ahora hunde las raíces hasta donde puedas y sientas que llegas a la más alta categoría de ser vivo sobre el suelo que nos sostiene, micorriza todas tus extremidades con todos los árboles y matorrales hasta crear una red inextinguible y lanza partículas VOC a todos los puntos cardinales para contagiar las ganas de habitar mundos llenos de cordura y pobladores dignos de pueblos, porque estás entrando en territorio hiper conmovido… ¡Arriba las ramas!

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