El bosque homenajea al guardián del bosque de ciudad. Un guardián anónimo, discreto, miembro de una solitaria y silenciosa Revolución de los Conmovidos que empieza a tener voz. Sí, porque cada vez son más los ciudadanos que, sin aguardar ningún reconocimiento, tan sólo el de ver crecer los árboles de su hábitat con salud, se dedican a proteger, cuidar y pasar lista al estado de los individuos ramificados y enraizados.
Guardianes mayores, que intentan que la ciudad guarde cierta riqueza del bosque de su origen rural, o guardianes más jóvenes, como nuestro invitado de hoy, que saben lo necesarios que son los árboles para nuestra vida física, humana y hasta espiritual. Así que hablamos con Miguel Ángel Rozas, más conocido por los árboles como Miki Verdecillo, que desde niño lleva vigilando los árboles de Alcorcón, prototipo de gran urbe desarrollada a ritmo vertiginoso desde los años 60, donde el bosque crece como puede y sobrevive con muchísimos obstáculos urbanísticos.
Como decía Pessoa, los ciudadanos vemos llegar la primavera en los pobres y pocos árboles de una plazuela de ciudad, donde el verdor destaca como una dádiva y es alegre como una tristeza buena. Además de Pessoa, contamos con la energía vitalizante de Ignacio Abella, Fernando Fueyo, Francis Hallé, Orhan Pamuk, y José Luis Manchón.
Viajamos hacia donde la ciudad cambia de nombre, a ser posible con apellido verde, y hacemos inventario de sus árboles, de la mano de los guardianes de bosques de ciudad, mientros escuchamos la mágica voz de Beth Orton en algunos de los temas que componen su trabajo "Comfort of strangers", porque todos y todas, nacidos en la ciudad o no, somos exilidados del bosque.
