Bienvenid@s a un bosque habitado por la leyenda de uno de tantos pueblos que existió en un paraje de increíble belleza natural y que desapareció. Bueno, más bien, como dice María Sánchez en su último libro, “Tierra de mujeres” (Seix Barral), un pueblo que fue vaciado.
Vaciado y repoblado con monocultivo de pino y pino y pino. Un pueblo que después de muchos años, casi medio siglo después, fue rehabitado por un grupo de jóvenes que fueron a aquel pueblo en ruinas, en medio del Parque Natural de la Sierra Norte, en la provincia de Guadalajara, y comenzaron a poner ladrillo sobre ladrillo para ir recuperando algunas casas. Y el caminito al antiguo cementerio para que los antiguos pobladores pudieran ir a visitar a sus muertos.
Fraguas Revive es noticia porque sus nuevos pobladores están condenados por delitos contra la ordenación del territorio y usurpación del monte público. Tienen que demoler lo construido, aunque dicen no reclamar propiedad alguna, o cumplir prisión. Arba, La Asociación para la Reforestación del Bosque Autóctono convocó a todas las ARBAs de España y al voluntariado plantabosques para una reforestación allí, en Fraguas. Nos lo cuenta Simón Cortés, presidente de ARBA. Nos lo cuentan otros integrantes de esta asociación. Y nos lo cuenta, sobre todo, Lalo Aracil, habitante de Fraguas que hace seis años vino de Madrid, porque como dice él, hay que estar loco para vivir en esta ciudad.
Dice Gustavo Duch: “El arte de nacer es campesino. De los ojos cae una semilla. De agua”. Del Contador del Bosque oiremos otros textos y también de Jaime Izquierdo, Raúl Rejón, Adolfo García Martínez y Ana Bustelo. Además la Asociación Arriba Las Ramas, que de mano y Ubuntu de Natxo Blanchart nos trae el Informativo Arbóreo Mutualista “Las ramas arriba”. Colaboran como Comunidad del Bosque en este programa, el propio Blanchart, Cristina Pablos Busto, Agusto Zamora y Santiago Roch de la Calle.
Club de la Hojarasca, hoy formado por Isabel Ruiz Lara, Andrea Briongos, Pilar Socorro, Carolina Alba Castro Estévez, Santiago Bustamante y la intervención estelar de José Manuel Sebastián Campo. Todo ello mecido por la voz y la música de nuestro descubrimiento, Nadia Álvarez Rod y sus dos trabajos “Salto al vacío” y “Mundos sutiles”.
Y ahora guardan en el zurrón las antiguas herramientas que guardabas en el doblaó, ponte un sombrero de paja, coge el botijo de barro, las semillas ancestrales y toda la memoria que encuentren en cada poro de tu ADN, porque estás entrado en territorio conmovido… ¡Arriba las ramas!
