El bosque habitado   El equilibrio interno de la Tierra 15/10/2017 58:58

Bienvenid@s a un bosque que nos avisa de que es hora de recuperar el más común de los sentidos, que, sin duda, aparece teñido de verde, de todos los matices de la escala cromática verde. Un mensaje que en esta ocasión, haciendo uso de la competencia y cooperación naturales, nos llega de labios del científico Miguel Delibes de Castro, biólogo en el más amplio sentido de la palabra que nos recuerda constantemente que “Respirar no está garantizado”. Con estas coordenadas. Sistema Tierra. El suelo está vivo y su autorregulación.

Delibes hijo invita a la Comunidad del Bosque a abrir bien las orejas para recuperar lo que todavía se puede recuperar, para educar, concienciar, animar y hacernos responsables de las innegables tareas que nuestra civilización occidental dejó de llevar a cabo.

Hoy nos habita una de las mentes y las sensibilidades científicas y humanistas que saben contemplar a los niños y a los árboles. Un bosque donde hoy descubrimos, como decía Miguel Delibes padre, la innegable relación existente entre los hombres y los árboles; entre el aspecto externo de los árboles y la conformación del alma de los hombres. Un bosque donde el hijo del gran escritor, Miguel Delibes de Castro no tiene ningún complejo en relacionar las investigaciones científicas más destacadas con la poética de El Principito. Bienvenida a un bosque sin complejos… y muchos, muchas intenciones de hacer este mundo un poco más verde y un poco mejor.

Y lo hacemos con los deberes hechos por los integrantes de esa Revolución de l@s @ que, como Miguel Delibes padre, saben que no tenemos ninguna fórmula, que en todo caso la fórmula será la que dicte el sentido común. O como Miguel Delibes de Castro, Ignacio Abella, Raúl de Tapia que es Raúl Alcanduerca, Antoine de SaintExupéry, un zorro, una rosa y un pequeño príncipe. Todos ellos bien enraizados en una tierra firme, que sabe ondularse al ritmo de las canciones de Igor Paskual. Porque el ser humano crece donde le plantan, como los árboles. Tierra muy firme.

Así que busca un sendero donde los árboles rompan la uniformidad del camino estandarizado para que te sirvan de nueva y ancestral referencia, contempla a las niñas, a los niños, a los pájaros y a todo lo que habita en torno a los árboles y descubre que ahí estás tú, con toda tu tribu, un territorio, sin duda, conmovido… ¡Arriba las ramas!

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