Documentos RNE   Altos Hornos de Vizcaya. La memoria del acero 08/10/2016 56:20

Nacida en 1902 de la unión de tres siderúrgicas de la margen izquierda del Nervión, Altos Hornos de Vizcaya experimentó un rápido crecimiento durante la Primera Guerra Mundial gracias a la exportación de aceros especiales para la industria militar, llegándose a convertir en la mayor empresa española de las primeras décadas del siglo XX. Tras la Guerra Civil –de la que salió indemne al caer en manos del bando franquista–, Altos Hornos adquirió la Compañía Siderúrgica del Mediterráneo, en Sagunto, y reorganizó la estructura de sus factorías de Sestao y Barakaldo. La escasez de espacio motivada por la orografía de estos municipios vizcaínos forzó una estrecha convivencia entre las zonas residenciales y el alargado polo industrial, que endureció el paisaje de la Ría.

Documentos RNE aborda en este programa la historia de la emblemática compañía vizcaína, durante la cual vivió épocas de bonanza y momentos de incertidumbre debidos a factores políticos y a las fuertes variaciones en la demanda mundial de acero. Altos Hornos de Vizcaya jugó un papel principal como elemento transformador de la realidad empresarial y laboral española durante el pasado siglo. Sus gestores introdujeron innovaciones como la contabilidad de costes o el control de calidad, y sus trabajadores fueron pioneros en la defensa de los derechos laborales; fue la primera empresa española en firmar un convenio colectivo y una de las más reivindicativas, con huelgas que paralizaron la producción durante meses. Además, la lucha contra la elevadísima siniestralidad se convirtió en cuestión prioritaria; hacia el final de su vida, había conseguido reducir prácticamente a cero el número de fallecidos en accidente laboral.

El final de Altos Hornos de Vizcaya, sustento de decenas de miles de familias durante generaciones, se escribió en verano de 1996. Su último horno alto se apagó como consecuencia de la dura reconversión del sector dictada por Bruselas y acatada por el gobierno español, en la que sólo se salvó la siderúrgica pública asturiana Ensidesa. Tras ella, la regeneración urbana y medioambiental de la Ría sería una realidad tan palpable como el descenso de la actividad económica. La pequeña acería compacta ArcelorMittal Sestao, propiedad del gigante indio del acero, se convertirá en el último rescoldo de la actividad siderúrgica, con una plantilla cien veces menor que la original.

El documental de Álvaro Soto cuenta con la voz de Javier Pérez Agote, antiguo director de Administración y Finanzas de la Compañía, y las de los extrabajadores Néstor Álvarez, sindicalista y asesor de la CECA (Comunidad Europea del Carbón y del Acero), y Miguel Ángel Martínez Vitores, autor de Memoria gráfica de una siderurgia. También aporta los puntos de vista de los profesores de la Universidad del País Vasco Xabier Barrutia, doctor en Economía y autor de Altos Hornos de Vizcaya. Análisis crítico del cierre y testimonios vitales, y Susana Serrano, doctora en Geografía e Historia. El recorrido histórico y sentimental se completa con grabaciones originales realizadas en las fábricas, procedentes del Archivo de RTVE, y declaraciones de antiguos presidentes como Juan Luis Burgos o Juan Miguel Villar Mir.

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