Ken Russell estrenó una de sus películas escándalo en 1975, Lisztomania, una revisión megalómana del compositor y pianista romántico Liszt con música suya y de Wagner arreglada megalomanamente por el no menos megalómano Rick Wakeman. Un cúmulo de excesos que dio lugar a un álbum único, irrepetible, que por tantas barbaridades es genial. No se ha podido hacer nada igual y ello pese a que décadas después, en 2002, Wakeman volvió a regrabar la obra para quedar más satisfecho. En medio de tanto delirio se contó con Roger Daltrey, vocalista de the Who, quizás por asociarle con Tommy y Quadrophenia. Su presencia se diluyó (y mira que era difícil) entre tanta pomposidad. El elepé de 1975 fue muy corto, apenas 32 minutos. Oimos su cara a completa. Y una precisión Rick Wakeman arregló, dirigió y tocó teclados pero el piano clásico se lo dejó a David Wilde. La portada es digna de tanta exageración. La firmaron la diseñadora Junie Osaki y el director artístico norteamericano Roland Young, todo un veterano. No os perdáis ningún detalle porque el símbolo fálico es real y la batuta es lo que os imagináis, para eso trabajan las cuatro mujeres que hay sobre la base. Estamos en 1975, no lo olvidéis. En España se publicó un año después y pasó censura.
Ese mismo 1975 Tangerine Dream también público dos elepés, como Rick Wakeman, el de estudio, Rubycon, ya lo hemos oído; el otro Ricochet se grabó en directo entre Burdeos y Londres y ofrecía una sola pieza dividida en dos partes que escuchamos integra.
Anécdota. En diciembre de 1976 Tangerine Dream actuó en el extinto Pabellón Deportivo del Real Madrid. Tocaron este disco, Phaedra y varias piezas mas. Todos salimos boquiabiertos del recinto. Me encontré con una compañera de facultad que ya empezaba a asomar por RNE. Hablando me dijo que en marzo o abril iba a haber oposiciones en la radio pública. Allí me presenté. Aprobé y hasta hoy. Quiero a Tangerine Dream, a los que también he tenido la suerte de ver tocar en su casa, en Berlín.
