Verano, ¿tiempo para reivindicar?

Mientras la mayoría disfruta de las vacaciones, ellos y ellas velan por nuestra seguridad, nos entretienen y limpian nuestros alojamientos. Socorristas, animadores de hoteles y camareras de piso. Son trabajos de temporada y muchas veces precarios. Los encargados de la seguridad de nuestras piscinas son, en ocasiones, estudiantes en busca de algún dinero para el verano. Su salario oscila entre los 700 y 1.400 euros. Su jornada laboral no debería superar las 40 horas semanales, aunque muchas veces las duplican. Se les encomiendan funciones para las que no están preparados y cada comunidad autónoma tiene sus reglas. Nos dicen que antes dependían de Cruz Roja, ahora desde que se externalizó el sector son empresas privadas las que examinan y suspender es muy raro. Los precios por los cursos van desde los 150 euros "on line" hasta 1.500 si es presencial. Algo parecido sucede con los animadores de hoteles. Hablan de horarios imposibles y horas extraordinarias sin recompensa alguna. Sus condiciones las regula el Estatuto de los Trabajadores, no el convenio de hostelería. La externalización es también la cruz de las camareras de piso que se han organizado al margen de los sindicatos en una organización que denominan "Las Kellys" (las que limpian). En temporada alta la habitación se paga a dos euros con cincuenta.