España nunca ha sido terreno abonado para el teletrabajo, menos aún con la crisis. Apenas uno de cada cinco españoles mantiene la relación laboral desde casa. En Europa, el porcentaje sube hasta el treinta y cinco por ciento.
Enfocamos una realidad que cada uno vive de manera distinta. Inspectores de trabajo y jueces denuncian que el teletrabajo les hace esclavos. Aseguran que es la falta de medios lo que les obliga a no desconectar nunca.
Nos centramos en un caso concreto, nos describe su día a día y la preocupación por los fraudes que, en ocasiones, encubre esta figura. Las mujeres que además son madres de familia aplauden abiertamente una opción que les permite conciliar. Nos cuentan qué pasa cuando la empresa les cierra esa vía.
Aunque son pocas, contactamos con empresas que miman el teletrabajo, caso de Repsol y nos explican sus métodos. El espacio se completa con una encuesta a pie de calle.
