Los bancos de tiempo son un fenómeno al alza. Son espacios de trabajo compartido en los que la gente desarrolla sus proyectos y además intercambia ideas y servicios. La única moneda es la confianza.
Nos detenemos enLa Colaboradora, un espacio de inteligencia colectiva ubicado en Zaragoza. Nació en 2013 como respuesta a la crisis económica. Acaba de recibir el reconocimiento internacional. Se ha hecho con el premio Eurocities que este año respondía al lema ‘ciudades colaborativas’. Desde sus inicios hasta hoy ha contado con 250 emprendedores que han desarrollado más de 200 proyectos, de los cuales el 75 % ya han generado nuevos puestos de trabajo. Más de 8.000 horas compartidas. Contactamos con los "padres" de la idea, con algunos de quienes han pasado por allí. Nos cuentan cómo funciona el banco de tiempo.
El espacio se completa con una entrevista a Carmen Valor, de la Universidad Carlos III y autora de un estudio sobre el fenómeno. Nos aclara de donde vienen y qué los inspira. Contra lo que se pueda pensar, el problema de los bancos de tiempo no son los gorrones. Son iniciativas que suelen morir por exceso de altruismo.
