Turina desde la barrera. La oración del torero.

"Una tarde de toros en la Plaza de Madrid, vi mi obra. Yo estaba en el patio de caballos. Allí, tras una puerta pequeñita, estaba la capilla -llena de unción- donde venían a rezar los toreros un momento antes de enfrentarse con la muerte (...)". Son palabras del músico sevillano Joaquín Turina que hacen alusión a una de sus obras más aplaudidas: La oración del torero, Op. 34. Se trata de una partitura que escribió en 1925 y en la que plasmó, desde su punto de vista musical,  el contraste expresivo de una corrida de toros. Por un lado el ruido de la fiesta, el bullicio del público y por otro el recogimiento de los toreros antes de salir al ruedo.  Turina originalmente compuso la obra para cuarteto de laúdes y posteriormente realizó una versión para cuarteto de cuerdas y otra para orquesta de cuerdas. Todas consiguieron un éxito que ha perdurado hasta nuestros días.