Después de veinte años de fascismo y de censuras, la Italia de la segunda posguerra descubría la música norteamericana. Eran los años 50 y por primera vez entraban en el país las voces de famosos crooners como Frank Sinatra y Cole Porter, las películas de Hollywood, el jazz de Louis Armstrong. Una nueva estación estaba a punto de nacer. Como reacción autárquica a esta invasión de música extranjera, las discográficas se inventaron el Festival de la Canción Italiana en la famosa ciudad turística de San Remo. Era el año 1951 y la moderna canción popular italiana tenía su primer acto constitutivo. Han pasado más de sesenta años y muchas de aquellas canciones siguen representando hoy en día la banda sonora de una época de un hasta entonces inédito boom económico.
