El genial cantante y pianista norteamericano Nat King Cole no sabía español, pero eso no fue impedimento alguno para que llegase a grabar dos lps completos, o casi completos, en lengua castellana, aunque también se intercalaron en esas sesiones varios temas interpretados en portugués, pensando, supongo, en el sustancioso mercado discográfico tanto de Brasil como de Portugal.
He leído por ahí que, como Nat no sabía nada, o casi nada, de español y portugués, a los productores de Capitol Records se les ocurrió una increíble idea, pasarle al gran artista unas letras en inglés pero trastocadas de tal forma que al pronunciarlas sonaban como en español o portugués, respectivamente.
Y Nat King Cole cantó, y de qué manera, un repertorio clásico de boleros y cha cha chás que, automáticamente, se convirtió en un descomunal éxito en toda Latinoamérica y también, aquí en España, donde se llegó a admirar a Cole con tanta intensidad como al inigualable Antonio Machín.
No sabemos los motivos por los que Nat no volvió a grabar ningún otro disco en español, seguramente por desacuerdo con su compañía discográfica o porque se fijó otros objetivos en su brillante carrera, pero, como digo, esas grabaciones realizadas en español y portugués ocuparán siempre un Cachito o lugar privilegiado y de honor dentro de la historia de la música latina. Porque él era Fantástico, Nat King Cole.
