Antonio Orejudo, "Los Cinco y yo"

(Entrevista de Manuel Sollo). No hay orgullo ni rebelión en la generación nacida en los 60, atrapada como quedó entre los hermanos mayores, protagonistas de la transición de la dictadura, y la nueva hornada democrática. Uno de sus escasos triunfos fue disfrutar de la primera lectura de una colección de novelas adolescentes firmada por la británica Enid Blyton. De esta idea parte Antonio Orejudo, seguidor de la saga, para crear "Los Cinco y yo" (Tusquets), una indagación hasta las entrañas de los vástagos del baby boom, al que pertenece. El autor entrecruza las libres andanzas de los hermanos Julián, Dick y Ana, su prima Jorge y el perro Tim, con su propia infancia y adolescencia en una familia jerarquizada y protectora del tardofranquismo. Toni, el protagonista narrador, contará cómo soñó con ser uno de ellos hasta convertirlos en este relato en seres de carne y hueso gracias a la glosa de un libro apócrifo de Rafael Reig, viejo amigo de antiguas tertulias universitarias. Sexo y literatura, homenaje y ajuste de cuentas, realidad y ficción se amalgaman en una escritura en la que la ironía suaviza el humor violento de otras obras de Orejudo. Todo con ese punto de decepción y desengaño al que aboca a veces preguntarse qué fue de entonces cuando se llega al medio siglo y se piensa que la cultura funciona como propaganda y que los jóvenes consumen promesas de futuro y los viejos tratamientos rejuvenecedores. Como camaradas generacionales, dialogamos aquí de todo ello con este madrileño de 1963, autor también de "Fabulosas narraciones por historias" y "Un momento de descanso".