Ayer   Benigno Varillas (I) 16/02/2014 50:16

Era la conciencia ecológica algo todavía muy incipiente en España en mayo de 1976, cuando se hace cargo de la sección de ecología del recién aparecido diario El País, Benigno Varillas. Una España, en la que, hasta 1966, la ley permitía a cualquiera disparar a un águila imperial y derribarla.

Precisamente en 1966, el 12 de enero, el diario ABC publicaba que el año anterior, en la provincia de Guadalajara, se habían capturado, como enemigos de los intereses del hombre, "un total de 46.142 alimañas, distribuidas de esta manera: 842 zorras, 137 crías; 9 jinetas, 228 gatos monteses, 63 turones, 1.052 comadrejas, 3.719 lirones, 84 búhos, 437 milanos, 5.937 cuervos y grajos, 18.319 urracas, 3.137 culebras, 7.970 lagartos y huevos y pollos de distintas aves dañinas".

Atrás en el tiempo, la cosa se mostraba igual o peor. En el diario ABC del 26 de febrero de 1950, se explicaba que en Burgos se pagaba a los alimañeros los azores muertos a una peseta, y las águilas, búhos y milanos muertos a tres pesetas.

Hay que esperar a la Ley de Caza de 1970, para que aparezca en la legislación española el concepto de "especie protegida" aplicada a poblaciones de animales en trance de desaparición, momento en el que también desaparecen las Juntas de Extinción de "animales dañinos" y las compensaciones económicas por matar esas especies, entre las que se incluían el águila o el lince.

Tras su actividad en El País, Benigno Varillas, hilvanando muy distintos cometidos en muy diferentes proyectos y países, llega hasta enero de 2014 en que presenta la atractiva propuesta Paleolítico vivo, la creación de una reserva de grandes herbívoros salvajes, uros, tarpanes, caballos de Przewalski y bisontes, en el entorno de Atapuerca.

Cuando Varillas arranca en 1976 sus actividades como periodista, la parte más difícil del trabajo de ablandar los prejuicios contra las llamadas "alimañas", tan arraigados en la dura mollera hispana, la había hecho Félix Rodríguez de la Fuente, con sus programas radio y televisión. Varillas descubrirá a Rodríguez de la Fuente muy tardíamente, cuando le encargan hacer su biografía. Y se asombra de la gran profundidad de pensamiento del divulgador.

La hora siguiente de esta mínima serie de dos programas dedicados la historia de la conservación del medio natural en España estará ocupada por la voz de archivo de Rodríguez de la Fuente.

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