La década de los años ochenta del pasado siglo fue testigo de cambios profundos en el campo de la música electroacústica, pues las tecnologías relacionadas con la generación, transformación y almacenamiento de sonidos conocieron una evolución muy notable. En particular, el desarrollo de los recursos digitales (tanto la aparición de nuevas posibilidades como el abaratamiento de las ya existentes) enriqueció el campo de acción de los compositores vinculados a la creación musical con medios electrónicos.
En el programa de hoy rememoramos algunas piezas que revelan cómo esas transformaciones tecnológicas aparejaron también interesantes aportaciones (y, en su caso, reflexiones) estéticas. Para ello, y con el propósito de establecer un hilo común que uniera las diferentes obras que compartiremos en estos sesenta minutos de radio, hemos escogido composiciones en las cuales esos recursos tecnológicos característicos de los años ochenta del siglo XX se fusionan con otra tecnología bastante anterior: el piano. El repaso de diferentes formas de unión entre una fuente acústica como el piano y las variadas comprensiones de la electroacústica propias de una época de la que nos separan ya más de treinta años nos permitirá confrontar las perspectivas estéticas propias de cada una de esas obras... y también pensar, desde hoy, cuánto y cómo ha evolucionado (o no) el pensamiento estético que dio lugar a esas composiciones.
Comenzamos este recorrido con un trabajo fechado en 1985, y firmado por el compositor argentino (pero tempranamente radicado en París) Daniel Teruggi, nacido en La Plata en 1952. Titulada "E Cosi Via", y articulada en tres movimientos, esta composición incorpora algunas de las más tempranas formas de procesamiento digital de la señal, que se aplican a los sonidos generados por el piano acústico -interpretado, en esta versión, por el también argentino Carlos Roque Alsina-, si bien el planteamiento estético de la pieza es claro heredero de las experiencias de la música acusmática (entendida como derivación o desarrollo de los preceptos vinculados a la música concreta acuñados por Pierre Schaeffer), en tanto que la categoría de "objeto sonoro" resulta fundamental en su arquitectura.
Seguidamente presentamos un trabajo del compositor suizo, nacido en 1938, Rainer Boesch. "Clavirissima" parte de unos presupuestos técnicos bien diferentes a los de la pieza anterior. Si aquella se definía como una obra para "piano y cinta magnética", en este caso se trata de una obra para "piano y procesamiento en tiempo real". El propio Boesch se encargó de programar los algoritmos que, basados en una técnica de "cruce por cero", analizan y separan en tiempo real las diferentes "células" que conforman la ejecución pianística -que en este caso corresponde al propio compositor-, para después reordenar esos fragmentos en una nueva estructura -aspecto en el que pone el acento la estética de Boesch-.
Si la segunda pieza ofrecida estaba fechada en 1987, la tercera y última que escuchamos en esta edición de Ars Sonora nos remite a 1983. Su autor -y, de nuevo, también intérprete- es el estadounidense Richard Teitelbaum (nacido en 1939), y lleva por título "Run Some By You". Esta tercera aproximación tecnológica (y también estética) hacia la unión del piano con los medios electrónicos digitales disponibles en los años ochenta del siglo XX diverge notablemente de las anteriores, en tanto que requiere de la instalación de unos interruptores mecánicos bajo cada tecla del piano. Estos, durante la interpretación de la pieza, transmiten la información de las pulsaciones a un ordenador, que procesa esa información y envía la nuevas señales -resultantes de esas transformaciones digitales- a unos solenoides que, a su vez, controlan otros dos pianos (propiciando, en fin, algo similar a un trío de pianos acústicos interpretados por un único pianista).
Tres perspectivas bien diferentes, en fin, sobre la electrónica en los años ochenta del siglo XX -en su conjunción con el piano-, que nos invitan a reflexionar acerca de lo que han cambiado (o no) las cosas desde entonces hasta nuestros días...=
