Sudán del Sur cumple mañana tres años desde su nacimiento, pero la mayoría de sus ciudadanos tienen pocos motivos para celebrarlo. Más bien al contrario. En estos tres años desde su independencia, el país más joven del mundo, ha padecido una Guerra Civil, sucesivas oleadas de desplazados, una aguda crisis presupuestaria -consecuencia de la imposibilidad de exportar su riqueza petrolera- y, por si todo esto fuera poco, ahora también una epidemia de cólera, que amenaza con extenderse a todo el territorio. Las organizaciones humanitarias advierten de que todo lo anterior constituye un cóctel explosivo, que puede derivar en una tragedia humanitaria de incalculables consecuencias.
Hablamos con la representante de una de estas organizaciones, con Carla Fibla, responsable de comunicación de Acción contra el Hambre, quien acaba de regresar de Sudán del Sur, donde ha pasado un mes, y ha sido, por tanto, testigo privilegiada de esta catástrofe que se avecina.
